En la década de los 60 la OMS y la FAO decidieron crear un Comité para instaurar el Codex Alimentarius. Este es un conjunto de normativas, directrices, recomendaciones y códigos de práctica relacionados con la producción de alimentos, así como su inocuidad. Entre otras cosas, regula lo relacionado con la nutrición animal.
Ahora bien, ¿cuáles son las implicaciones del Codex Alimentarius en el caso de los piensos?
Nutrición animal más segura, el propósito del Codex Alimentarius
Pese a la creciente aparición de dietas que excluyen los alimentos de origen animal, los datos demuestran que el consumo de esos productos no deja de incrementar. Y, a consecuencia de ello, también hay una mayor producción de pienso a nivel global.
Por desgracia, ante la creciente demanda, hay quienes han optado por usar componentes no apropiados para el pienso, como derivados de biocombustibles, fertilizantes, plaguicidas y otros productos que han llevado a la contaminación alimentaria en algunos casos.
Como es evidente, el control de la alimentación animal tiene repercusión en quienes consumen esos animales. Pero también en la salud de manipuladores y productores. Por ello, es imprescindible asegurar que los alimentos empleados para el pienso son inocuos, es decir, incapaces de hacer daño o conllevar cualquier clase de enfermedad.
Todo animal sano requiere una correcta nutrición, y esta se define con una alimentación de calidad. En ese sentido, el Codex Alimentarius juega un papel fundamental en garantizar que se usan solo compuestos adecuados para dar de comer a animales ganaderos y que son tratados de la forma apropiada.
Ser conscientes de todas las fases del proceso es vital para garantizar la salud y el bienestar de nuestros animales.
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